Analicemos algunos aspectos de la gestión de inversiones. Una distinción fundamental es si se trata de recursos propios o de terceros.
1. Recursos propios:
• Ahorros
• Herencias
• Indemnizaciones
2. Recursos de Terceros:
• Inversores
Si se trata de dinero propio, el emprendedor decide cuánto arriesgar; no es aconsejable asignar el 100% en un único proyecto. Por el contrario, habrá que destinar un x% al emprendimiento y reservar otra parte para reforzar el financiamiento en caso de que alguna de las previsiones del Plan de Negocios no resulte como se proyectó, o bien para sostener una nueva iniciativa más allá del nivel de éxito de la primera.
En el caso de que se recurra a recursos de terceros, el mundo de los inversores y la práctica de seducirlos con una idea o concepto de negocios presenta múltiples aspectos. Hablaremos aquí de personas o compañías que podrían invertir acompañando al negocio y no de préstamos o créditos, que son otra forma de conseguir financiamiento.
En todos los casos hay que tomar recaudos en relación a que las inversiones prometidas se concreten efectivamente, porque al ponerse el emprendimiento en marcha comienzan a generarse compromisos que es necesario afrontar.
Los Fondos de Inversión o quienes administran Capital de Riesgo, siempre están en la búsqueda de iniciativas con potencial y tienen procesos de evaluación del emprendedor y su propuesta muy estrictos.
Cualquiera sea el tipo de inversor, el monto del aporte será una porción del volumen global de inversiones previstas en el Business Plan; en función de ello se hará la distribución de acciones, lo que quedará plasmado en la estructura societaria y tendrá impacto en la definición de quienes ocuparán los cargos directivos.
La solicitud de recursos debe incluir el detalle de cuánto dinero hace falta y para qué usos, y cuál es el escenario de negocios actual y futuro. Los inversores son muy incisivos a la hora de evaluar la viabilidad del proyecto, porque necesitan asegurarse que podrán recuperar el dinero invertido.
Ya tienes las premisas. Ahora… ¡manos a la obra!