Diseñar desde el comienzo el organigrama ideal para llevar adelante el negocio es un excelente ejercicio, aunque al comienzo la estructura sea pequeña y pocas personas integren la organización. En función de las proyecciones de crecimiento, el modelo de negocio y el tipo de compañía que se quiera desarrollar, se podrá jugar con diferentes opciones.
Una primera definición será si los inversores tendrán cargos ejecutivos, es decir, si serán parte del ‘management’. Si quien tiene una parte del paquete accionario es un fondo de inversión, es muy probable que quiera designar a alguien de su confianza para que esté ‘adentro’ de la compañía, en el día a día, lo cual será parte de la negociación inicial. En caso contrario, los fundadores deberán ir cubriendo los diferentes cargos planteados en el modelo, a medida que la evolución de la organización lo requiera; no necesariamente todos los roles deben cubrirse desde el primer momento; es habitual que una misma persona tenga diferentes roles en esta instancia.
Otra definición importante será si la estructura será vertical, piramidal, horizontal o matricial, y en cualquier caso si habrá roles fijos o rotativos. En el vertical las decisiones están muy centralizadas y hay una reducida estructura de mandos medios; en el piramidal también hay una conducción central, pero hay más niveles de decisión. El horizontal es más común en los emprendimientos o las empresas muy jóvenes, relativamente pequeñas en tamaño, en donde se pretende trabajar de manera participativa y generando consensos, lo que en general pude enriquecer el resultado aunque encierra el riesgo de que el time to market se alargue. Finalmente, el matricial tiene que ver con áreas específicas de desempeño y otras transversales, en donde se van dando las articulaciones que se requieren en el desenvolvimiento del negocio.
La forma en que se implementan los modelos tradicionales está actualmente en revisión, dado el ritmo y la complejidad de los negocios en un escenario muy dinámico. Si bien estos esquemas dependen mucho del tipo de negocio y del mercado en el que se desempeñe la organización, hoy en día y en términos generales se imponen alternativas que habiliten al máximo la gestión dinámica del negocio, la flexibilidad y la participación del personal en la construcción de los criterios para la toma de decisiones. Puede parecer muy estructurado definir un diseño de organización –o de determinadas áreas dentro de ella-, pero sin dudas hacerlo ayudará a un mejor funcionamiento de la compañía.
Es muy diferente el panorama si las áreas de la compañía son permanentes -Administración y Finanzas, RRHH, Operaciones, Producción, Servicios Generales, etc.- o si se organizan Oficinas de Gestión (PMO) por cada Proyecto, dentro de las cuales se deben cumplir los diferentes roles necesarios para atender a cada aspecto del trabajo cotidiano. En cualquier caso, es central que no queden dudas respecto a quiénes tienen qué responsabilidades, y que las tareas esenciales de la empresa -facturación, liquidación de impuestos, pago de haberes y a proveedores, gestión de recursos- se atiendan en tiempo y forma. Y también que se eviten circuitos que agreguen complejidades innecesarias; por ejemplo, si se trabaja con un presupuesto pre-definido, una compra de insumos no debería pasar por administración hasta que no llegue el momento del pago, y si un gerente de proyecto le asigna prioridades a un equipo de personas, un director no debería intervenir con una indicación que trastoque los planes, salvo que lo consensuen previamente.
Hay muchos modelos organizacionales y la trayectoria del emprendimiento probablemente obligue a realizar cambios sobre la marcha. Muchos emprendedores comienzan haciendo un poco de todo, y luego quieren mantener una conexión directa con quienes cumplen las diferentes funciones una vez que la organización va creciendo y sus propias responsabilidades van mutando. Si en el camino surgieron ‘mandos medios’, habrá que tener mucho cuidado de no desarticular las jerarquías que se hayan establecido para garantizar una operación eficaz.